sábado, 2 de febrero de 2013

Política, sindicalismo, corrupción y saqueos (Parte 1)


Una marcha no atendida, sus advertencias. Saqueos y efecto “espejo”. El Intendente de Bariloche en el ojo de la tormenta, su prontuario y el de sus amigos.



El fin de año trajo desenlaces de convulsión a un año por demás convulsionado. La conmemoración del 19 y 20 de diciembre de 2001 tan sólo once años después congregó en diversos escenarios, cubriendo el conjunto del mapa nacional, a actores dispuestos a dejar huella y reivindicar discursos parciales a partir de la ruptura irreductible que aporta la miseria y su capacidad para interpelar al conjunto de la sociedad.

Las primeras advertencias sobrevinieron de la misma Plaza de Mayo al albergar una escuálida marcha de las centrales sindicales opositoras a la Casa Rosada de la que partieron discursos que a la luz de los días y sus sucesos debieron haber sido tomados por el Gobierno nacional a fin de prevenir el convulso fin de año que traslucían. Allí estaban todas las aguas y todos los aceites, el líder camionero de formidable capacidad de movilización Hugo Moyano; el millonario líder duhaldista de los hambrientos peones rurales Momo Venegas; la otrora cruzada antisindical Patricia Bullrich; el gastronómico elocuente Luis Barrionuevo; el estatal en desgracia y acelerado declive Pablo Micheli; el republicanísimo e institucionalista Ricardo Alfonsín; el combativo defensor de pequeños productores pero socio locuaz de la Sociedad Rural Eduardo Buzzi; los eternos oportunistas de Libres del Sur; los maoistas de la Revolución Permanente en la universidad; los duros de la Corriente poli-Clasista y Combativa; y la enfermera Trotskista Vilma Ripoll. Todos juntos le fueron a dar el pésame al Gobierno nacional y a contarle lo que no supo escuchar.

La Guerra Nuclear

En el contexto de la atribulada marcha tan mentada, el líder de la CTA opositora, Pablo Michelli, advirtió al gobierno nacional que de no escuchar y atender sus demandas sobrevendría una “Guerra Nuclear” sin cuartel que sembraría la Sierra de la Ventana de focos revolucionarios de asalariados, hastiados ellos (con razones más que atendibles) de cepo cambiario e impuesto a la cuarta categoría de ganancias (hoy reajustada en un 20%). En consonancia, 1200 kilómetros alejados del km 0 el sindicato ATE del EPEN radicalizó su enfrentamiento con el gobierno de Sapag y 400 kilómetros más aún internados en la cordillera, ATE Municipal hizo lo propio con el gobierno de Fernández. Los púgiles retadores salieron a matar en el primer round y los defensores, más viejos y más mentados, estiraron el combate hasta que el desgaste hizo entrar en escena al Secretario General de ATE provincial Carlos Quintriqueo, quien gestionó la campana, unas tarjetas unánimes pero sin derrota estruendosa y el compromiso de que no se hable de la toalla que blandió en cada acuerdo. Ambos conflictos se apresuraron a sabiendas de que lo que pagan en opinión pública no deben recuperarlo por caja (o urna) por lo cual dieron muestra de que retaran nuevamente al ganador por puntos, que no los mueve un proyecto político en el territorio que deban cuidar o conservar y que “la sangre derramada no será negociada”.

Saqueador sacado

La Guerra Nuclear, como nos enseño la historia, nunca muestra el choque de las superpotencias, por ende ambas mueves fichas lejos de sus áreas de influencia en los territorios marginales. Bariloche fue noticia de fin de año por encarnar de manera cruda una dinámica de extorsión política que si bien a veces explota como oposición a gobierno legitimados, muchas otras surge del seno de sus armados para condicionar decisiones propias o ajenas que repercuten en el territorio. El Intendente Omar Goye protagonizó un hecho desagradable y de ribetes de complejidad asombrosa. Partes de su armado encarnado en diversas cooperativas, estructuras sindicales y empresariales se vieron envueltas en los saqueos que conmocionaron este sur, motivaron la respuesta violenta y contundente del gobierno nacional junto a la ira presidencial que crucificó al Intendente chocolatero y promovió una rápida remoción de su cargo, recientemente ratificado por el Tribunal Superior de Justicia rionegrino. La pólvora derritió al chocolatero.

Brevemente. El Intendente quedó involucrado en el armado de los aprietes a Supermercados a través de cooperativas y sindicatos que trabajan con el zar del chocolate desde hace más de una década. Una serie de gestos políticos, declaraciones a la prensa y flujo de fondos públicos entre los actores en los días previos a los hechos sirven como hilos con los que se tejen las hipótesis que movieron a concejales de todos los bloques políticos (menos la UCR) a votar la suspensión del controvertido Intendente.

Omar Goye tiene experiencia en estas dinámicas. Su experiencia se sustenta en antecedentes, los que se construyen con vínculos, cuyas extremidades llegan a San Martín de los Andes y a la capital provincial.

La Causa como metodología y razón

En el año 1999 Omar Goye se desempeñaba como contador del Policlínico Arbos (Asociación Regional Bariloche de Obras Sociales). Apenas unos días antes del final del segundo mandato de Carlos Menem, la Superintendencia de Seguros de Salud a través de la APE (Administración de Programas Especiales) bajo los números de resolución 3267/99 y 1234/99, le entregó al Policlínico Arbos 1.705.000 y 185.000 pesos/dólares respectivamente. El primer depósito era para “fortalecimiento institucional” y la “ampliación e incorporación de equipamiento de alta complejidad” pese a que el Policlínico ya tenía convocatoria de acreedores abierta, no tenía empleados dependientes, estaba concesionado y no se efectuó ni ampliación ni incorporación de tecnología. El segundo subsidio tenía el objeto de afrontar los gastos administrativos del concurso preventivo, pese a que se había suspendido el pago de todas las deudas.

Lo sospechoso fue que el Policlínico estaba en concurso de acreedores cuando recibió el aporte del Ministerio de Salud, en 2001 fue declarado en quiebra y en el proceso pericial nunca encontraron los asientos contables del subsidio recibido. La estafa no fue sólo a los trabajadores que se atendían en el Policlínico sino también al Estado nacional. Por el faltante de más de 2 millones de pesos/dólares fueron procesados por “estafa agravada” en perjuicio de la administración pública el Intendente depuesto y entonces contador de Arbos Omar Goye, junto a la comisión directiva de la institución. Ovidio Zúñiga de la Unión de Trabajadores Hoteleros y Gastronómicos (UTHGRA) era su presidente, Walter Cortés de la Asociación Empleados de Comercio (AEC) el vice, Víctor Carcar delegado interventor de la Unión Obrera de la Construcción (UOCRA) el tesorero, y el abogado Gonzalo Madrazo su representante legal. Casi como un reflejo y en el ocaso mismo de la década del 90 una asociación entre un sector del empresariado, sindicalistas y la dirigencia justicialista de entonces se las ingeniaron para montar una estructura capaz de desviar los recursos públicos desfinanciando al Estado y a entidades sin fines de lucro.

A inicios de la investigación el Fiscal Federal de Comodoro Py (Buenos Aires) Miguel Angel Osorio determinó que los fondos se habían remitido a "sociedades fantasma" que habían sido creadas para la única finalidad de desviar los fondos mencionados ya que habían sido ingresados “contra la factura 001" de cada entidad. Surtsey SA y Fox Valley SA, las mencionadas “sociedades fantasmas”, fueron presididas por Walter Cortéz, Víctor Carcar, el abogado Gonzalo Madrazo y el contador Omar Goye. La plana mayor de Policlínico quebrado que no utilizó para los fines previstos el subsidio del Estado nacional, era también la dirigencia de las sociedades fantasmas que hicieron desaparecer mágicamente los 2 millones de pesos/dólares.

La trama de corrupción que amalgama vínculos de algunos sectores del sindicalismo,  dirigencia empresarial y política terminó complicando sobremanera la continuidad de Omar Goye al frente de la intendencia de Bariloche. El manejo poco claro de recursos públicos, el apriete como herramienta de crecimiento político de determinadas organizaciones, sean sindicales o cooperativas, hundieron al Intendente preso de la dinámica de la que era el engranaje fundamental. Pero lo grave es la impunidad con que cuentan esos armados ya que la causa con más de diez años de instrucción ha tenido un sinnúmero de obstáculos interpuestos por las defensas de los imputados y aún no ha sido elevada a juicio pudiendo correr el riesgo de sobreseimiento el año próximo.

Hay en estas mecánicas al desnudo cuestiones importantes a reflexionar, que suponemos y deseamos no logren permear en la dirigencia política de nuestro pueblo, aún pequeño, donde se conocen las historias de la mayoría de los actores. Pero no de todos y es por alguno de esos vasos poco conocidos por donde se filtran los vínculos con estas dinámicas de construcción política que puede terminar en el desencantamiento definitivo de la comunidad en sus referentes políticos.


La semana que viene la extensión de esa organización a Neuquén y San Martín de los Andes, los vínculos sindicales en ambas ciudades y el armado político del partido provincial, la voluntad de una ex Intendenta y algo sobre el escenario local de acá a diciembre…

 Emilio R.

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