domingo, 17 de marzo de 2013

Política e Ideología: un viaje desde la culta Europa decimonónica, con escala en Caracas y destino final en San Martín de los Andes


Los hombres luchan y pierden la batalla; aquello por lo que pelearon se consigue, a pesar de la derrota, y entonces resulta no ser lo que ellos tenían intención de lograr, de modo que otros hombres tienen que luchar para obtener lo mismo que aquellos deseaban, aunque ahora lo llamen de otro modo.
WILLIAM MORRIS

Como se sabe, la política es una tarea contradictoria que consiste en materializar, finalmente, conquistas siempre parciales que se explican como inescindibles aspectos de un corpus doctrinario que antecede la preparación de la arcilla consagrada. No obstante, sabemos que esto no es cierto, la contradicción reside justamente allí, donde la materia se riñe con el corpus, al que entonces rehace de modo de que la materia pueda ser por él contenida. El punto es que el corpus, nacido del plano de las ideas, no concibe, en principio, en su tábula rasa, la rugosidad de la superficie donde se desarrolla la política, la existencia del otro, adversario, enemigo. Los corpus que no nacieron de la política sino que pretendieron parir políticas no tardaron mucho en descubrir que la arcilla nace de la mismísima contradicción entre la cristalinidad pura del agua y la antiestética  fetidez del barro.

La crítica de la civilización pura

Los socialistas científicos, que habían encontrado sus ideas en las Academias eurocéntricas a finales del siglo XIX, migraron a las indómitas pampas americanas a civilizar bárbaros, a enseñarles las ideas de la libertad, a enseñarles el verdadero ejercicio de la libertad, que constituía el saber de Europa y la ignorancia de América. Esa suficiencia compartía, entonces, con los notables que abjuraban de las manifestaciones del pueblo. Es cierto, si, que la oligarquía era en eso mucho más honesta intelectualmente que aquella izquierda iluminada: mientras la declaración sobre la fundación del Partido Socialista en 1896 critica a la naciente Unión Cívica Radical porque pretendía la representación nacional cuando ellos sólo la de la clase trabajadora, Eduardo Wilde, que fuera Ministro de Julio A. Roca, sostenía sobre la participación popular que “el sufragio universal es el triunfo de la ignorancia universal”. Así es que los socialistas dedicaron sus días de militancia ilustrada a denostar las opciones populacheras de la política criolla, para terminar siempre optando entre las formas civilizadas que compartían con la oligarquía agroganadera de entonces antes de asumir como propias las luchas populares que encarnaba los criollos acaudillados por Alem e Yrigoyen, herederos de Rosas el tirano.

Al margen quedaron, entonces, de las experiencias jubilosas que declaraba vivir el populacho. Fueron furibundos negadores de las políticas radicales de la época y de sus prácticas. No tardaron mucho en enrolarse en el golpe de Uriburu y días después integrar el “contubernio” que los mostró aliados de la vieja oligarquía y el radicalismo conservador de los antipersonalistas, para consumar en conjunto la nefasta “década infame” en la que nuevamente los ilustrados de siempre gobernaron blandiendo la espada de Lugones, sobre un movimiento obrero en crecimiento ante el tibio avance de la industrialización.

Como se sabe ese crecimiento industrial fue motor de las demandas que impulsaron al jóven y audaz Secretario de Trabajo y Previsión a delinear las primeras legislaciones obreras. Hasta octubre del 45 fueron algunas conquistas y mucha construcción política. Ante el crecimiento de la figura de Perón, los mismos de siempre no dudaron, llamaron a combatir el “naziperonismo” y se lanzaron en los brazos de la Unión Democrática del embajador Braden, que demostraba elocuentes credenciales democráticas, a pesar del golpe de Uriburu y los trece posteriores años de “fraude patriótico”. El esquema se repetía, los ilustrados mostraban las razones de su razón ante la sinrazón popular que no podía ver la mentira y el engaño que había en las promesas de ese General fascista. Qué va.

Latinoamérica: teoría y práctica

Al velatorio de Chavez fueron todos los latinoamericanistas furiosos, los que profesan en cuanto set televisivo se les ofrezca que el destino de su militancia política es la unidad latinoamericana y la felicidad de los humildes, que harán la revolución de la mano de las vanguardias iluminadas que esperan, sin más, largos cien años con la vela encendida en pleno oscurantismo populista.

Desde el lejano sur abjuran del kirchnerismo por camaleónico y embustero traficante de ideologías, y están convencidos de los valores y las ideas revolucionarias y progresistas que movían a Chavez, Lula, Tabaré y Lugo, y que aún impulsan a Dilma, Evo y Correa. Para ellos, formateados en un positivismo primitivo, observar desde la aséptica lejanía les permite caracterizar con corrección y descubrir la pureza política, que en las tierras sureras se corrompe en la “rosca” como el ombú en la pampa.

Está claro que a lo lejos no hay la contradicción que inevitablemente nos muestra la realidad. En la teoría o la televisión, el sujeto político es puro y no emerge de las conflictividades de su sociedad (que no son las del observador) sino que se amolda a los conflictos hipotéticos de este observador retirado, de profundas convicciones ideológicas, muy progresista.

Claro es que los procesos políticos avanzan con sus contradicciones. Perón, que era pródigo en eso de sintetizar grandes reflexiones en pequeñas imágenes discursivas, supo decir que “los ladrillos se hacen con barro y con bosta”. Los puros de aquel entonces vieron en ello la perversión ideológica de un caudillo populista que engañaba al pueblo. Eso mismo creía la más encumbrada aristocracia, a la que pertenecía el entonces padre Carlos Mujica, que al producirse la Revolución Libertadora descubrió en los pasillos de una villa porteña que los pobres alguna reivindicación histórica habían disfrutado de la mano del peronismo al leer el graffiti “Sin Perón no hay Patria ni Dios. Abajo los cuervos.” Así fue que la izquierda, sobretodo aquella que se identificó en el proceso cubano y que fue permeable a las reflexiones de Cooke releyó al peronismo en los 60 y lo vió como el sujeto de las reivindicaciones populares al ser objeto de la represión de la derecha antidemocrática. El mismo Cooke decía que “el movimiento que atacó a la oligarquía y al imperialismo pasó a ser la izquierda, por cuanto representaba a las fuerzas del progreso nacional y de la independencia del extranjero. Faltaba una izquierda nacional y ese papel pasó a ocuparlo el peronismo, sin definirse como tal”.

Derechas e izquierdas en la localidad

San martín de los Andes, Neuquén en general pero como el conjunto del país viven bajo la hegemonía de la cultura política del peronismo. La razón es la clara hegemonía nacional del peronismo sumado a la que ejerce en la provincia el MPN que reconoce sus orígenes en el viejo movimiento nacional. No obstante esta evidente característica, la descomposición del MPN provincial, que es evidente en la mayoría de las grandes localidades provinciales, no así en la zona norte de la provincia, se aletarga y resiste por la gran disponibilidad de recursos que dispensa, pero se consolida en gigante con pies de barro que no es capaz de cambiar la matriz que parece llevarlo sin prisa pero sin pausa a una descomposición sobre otras estructuras nacientes. En definitiva, el MPN no pudo lograr lo que el peronismo consiguió de la mano del kirchnerismo luego de la gran crisis de 2001.

Al margen de esta hegemonía de la lógica política movimientista, la crítica política suele recurrir a las imágenes congeladas de la “izquierda” y la “derecha” para caracterizar procesos políticos diversos. Y así, se es más de izquierda o derecha de acuerdo a propuestas y acciones, olvidando lo expuesto más arriba, la contradicción que implica el mismo ejercicio político o el hecho de que lo uno o lo otro, como bien explicara Cooke, no se define per se sino por la existencia de la imagen del otro. El MPN y el vecinalismo, no son necesariamente la “derecha”, ni el Acuerdo Político necesariamente la “izquierda”. Lo son sí en función de la existencia del otro y de las características que este asume, los discursos que cada quien promueve y lo que proyecta como sociedad e iniciativa política.

Tres acontecimientos de la semana y una lectura con ese alfabeto en….

Ante esto, hay algunos conflictos recientes que merecerían para sus actores una necesaria mirada en estos términos, para el análisis, para la táctica y la estrategia.

…el conflicto con ATEN…

El fin de semana anterior, la conducción provincial del sindicato docente ATEN trajo el Plenario de Secretarios Generales a la localidad cordillerana que, no sólo le fue esquiva en la elección sino que sostiene un discurso y una acción frente al conflicto docente que saca de quicio a Tirios y Troyanos. Disgusta a la conducción clasista del FURA provincial que prefiere paro indefinido y corte de puentes y le opone una conducción política del gremialismo docente centrada en la comunidad al mismo gobierno provincial, que sigue prefiriendo el negacionismo a ultranza del trotskismo que de cara al consenso general le suma al gobierno en un año electoral. Es claro que la política de la conducción local de ATEN no representa la imagen típica del sindicato provincial y, a decir de la crisis de la educación provincial, es todo un hallazgo la búsqueda de correr el eje conflictivo del “paro” y centrarlo en las ausencias gubernamentales sin confrontar con la ciudadanía. Esto es claro y fue dicho, molesta por igual a la “clasista” conducción provincial y al mismo gobierno de Sapag.

Lo cierto es que el sábado 9 el plenario se hizo en la EPET 12. La conducción provincial trajo a San Martín todo el disgusto y bronca contra la seccional díscola que convoca a la comunidad a la plaza los días sábados a visibilizar con acciones creativas la problemática del sistema educativo. Como se dice, a la conducción local le “aparatearon” el plenario y claro es, lo corrieron fuertemente por izquierda. La respuesta fue rápida y se organizó un acto de visibilización ante la inauguración de la Escuela del Sol por parte del Gobernador, construida en tiempo record con fondos provinciales que, según la crítica docente, escasean y se retrasan cuando de atender al sistema público se trata. Más allá de la torpeza del Gobernador de venir a inaugurar una escuela privada en pleno conflicto docente, que habla más de la intención manifiesta del mandatario de recuperar territorio perdido en San Martín de los Andes que de su inteligencia en la lectura del contexto, la propuesta fue interesante y deconstruye la imagen refractaria que hay sobre el sindicato docente pudiendo llegar a la comunidad con un discurso más moderado y más profundo. Quedó expuesta la ausencia repentina de Sapag como incapacidad de dar respuesta al pliego de demandas que en manos de esta conducción local son mucho más incómodas que las de la provincial. Los temas no se centraban en salario sino en las innumerables falencias edilicias y falta de construcción de escuelas.

Es claro que esta línea descoloca al gobierno y la torpeza abrumó a la Seccional local del partido provincial que respondió a la titular del sindicato marcándole su pertenencia al Consejo local del Partido Justicialista como si esto fuese un impedimento para marcar las falencias gubernamentales. Lo cierto es que la argumentación le da aún más la razón al sindicato docente. Exponen como conceptos positivos un monto alto de inversión por chico en comparación al conjunto nacional y que las dilaciones infraestructurales son responsabilidad del Gobierno Nacional que es quien realiza las inversiones. El eje emepenista es claramente errado en lo táctico y lo estratégico. Allí queda claro que las inversiones en educación provienen del Estado Nacional lo que denuncia como un bumerang el autismo provincial. Pero además opone lo cuantitativo a un sindicato que desplaza a ese como su eje de disputa hacia la visibilización de lo cualitativo: no es sólo lo salarial, sino qué educación, en qué condiciones, para qué sociedad.

…las Comunidades Mapuches y el “comanejo”…

Otro eje de potencial conflicto que no fue, es el que se desarrollo sordo entre la Presidenta del Directorio de Parques Nacionales Patricia Gandini y los sectores de las Comunidades Mapuche que desarrollan la política de “comanejo” en el Parque Lanín. Luego de acordar días atrás las líneas de trabajo en la continuidad de la política de comanejo, las Comunidades Mapuches desconocieron el valor de la palabra de la funcionaria y a punto estuvieron de hacerle un planteo público al Ministro Meyer que fue oportunamente destrabado por funcionarios del gobierno local, lo que permitió la llegada sin inconvenientes del Ministro nacional.

Es cierto que desde la partida de Vellido a la Secretaría de Turismo de la comuna, las Comunidades recelan de las intenciones que albergan las sucesivas intendencias del Parque, lo que es decir, del Directorio. No obstante, independientemente de los vaivenes y voluntades no manifiestas al respecto, las Comunidades Mapuches han demostrado su capacidad política que aún plagada de internas hizo comprender al Directorio nacional que este es un Parque político, que su trabajo es cultural, de proyecto, y que su supervivencia depende de su capacidad para construir lazos duraderos con quienes construyen política dentro de su mismo territorio.

En esta ocasión primo la confianza pero subsiste la desconfianza. En definitiva, la pervivencia del acuerdo entre los actores en ese territorio tan particular requiere de la comprensión mutua del inevitable destino común que vincula a este Estado en su fase kirchnerista con estas comunidades que hacen política territorial y reclaman espacio más allá del folclórico reconocimiento a la interculturalidad.

…la paritaria con ATE…

La paritaria municipal es otro cónclave exquisito. La Municipalidad es harto más pobre que el pretendido Papa jesuita que dice anhelar “una Iglesia pobre para los pobres”. Fernández se muestra más franciscano que el mismo Papa y, en buen romance, ofrece compartir su pobreza con los empleados municipales. Las perspectivas no son halagüeñas para unos y otros. Fernández dejará en la negociación hasta las sandalias de Asís, pero del otro lado no todos aceptan el convite. Es conocido que ATE local atraviesa una interna profunda. Andrade jugó fuerte y rompió. Se mostró audaz pero quedó escuálido de dirigentes en su espacio, la gran mayoría de ellos acompaña a Soraya Abraham, que a su vez se apoya en Quintriqueo y Mansilla.

Ambos saben que no hay más. El dilema es como presentar el acuerdo. El Gobierno apunta a satisfacer en bolsillo con un número nada desdeñable a juzgar por lo que cotiza el vecindario. Abraham, que pareciera estar construyendo a futuro, parece saber que en un año duro como este no hay qué ganar en el conflicto. Andrade en cambio, perdió con el conflicto anterior, su sector no recuperó en los dos meses de aumento a cuenta de paritarias lo perdido con el conflicto y esto, si bien no inhibe su retórica incendiaria si condiciona su salto al vacío. Lo que está por verse en su caso es qué hará si renuncia al sindicato (cuestión poco probable). Hay quienes sostienen que lo volvería aún más irracional y que ello contribuiría al desbande de su base. A esto, pareciera tener claro Abraham, no hay que jugar.

En síntesis

En el ejercicio real, no se trata de izquierdas y derechas. Fue dicho: ni el MPN y el vecinalismo son necesariamente la derecha, ni el Acuerdo Político la izquierda, sino que lo son en función del accionar de su adversario más importante en cada caso. Hay sectores y posibilidades más a la derecha de unos y sectores y posibilidades más a la izquierda de los otros.

Volviendo al eje original del planteo, siempre es sencillo “correr” por izquierda o derecha a los procesos políticos en desarrollo puesto que su ejercicio mismo es sobre la realidad y no en el plano teórico. Lo cierto y el arte de la construcción política consiste en entender escenario y contexto y saber dónde están los aliados y dónde los adversarios reales. Esta claro que cada estructura de las mencionadas (ATEN, Comunidades Mapuches y ATE) aspiran a posibilidades de máxima que son justas y legítimas, y, estima este escriba, deben ser oportunamente atendidas. Y también está claro que cada una tiene sectores internos que las expresan más o menos. Lo importante en el camino de la construcción es entender cuáles son los proyectos en pugna en cada escenario y comprender con quiénes se puede avanzar en el largo plazo en la concreción de las demandas de cada sector. Comprender eso es vital para la salud de la conducción de cada proyecto político así como para la viabilidad de las aspiraciones de cada espacio. Este es, sin duda, el eje conceptual de este año electoral, aquí, allá y en todas partes.

Emilio R.

2 comentarios:

  1. Muy pobre el analisis del conflicto de ATEN sobre todo los calificativos sobre la conduccion provincial del sindicato. Colocando "prefieren" paro por tiempo indefinido... salio esa mocion? usted cree que una jornada de visualizacion "molesta" a otros docentes que votaron a FURA??? esta mas que equivocado, analisis muy corto y separatista.

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    1. Yo entiendo que no debiera chianear planteando que el análisis es corto o separatista, lo interesante es que usted diga cuál es su análisis sobre este conflicto. Yo particularmente coincido en la lectura acerca de que los conflictos extendidos y con retóricas confrontativas extremas, cuando están separadas de construcciones políticas de masas (o que generen consensos extendidos)usualmente terminan siendo favorables a aquellos a quienes se desea combatir. No es casualidad que Sapag elija esa confrontación, lance la consulta popular, no se siente a negociar justo cuando hay una conducción sindical con un discurso de todo o nada. Coincido a su vez en que es más simple para cualquier gobierno que no tiene política de educación discutir con aquellos que le niegan todo que con aquellos que le proponen. Simple observador externo

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